sábado, 15 de enero de 2011

Estraperlistas

 
Andrés Ortolá Tomás: Historia del Calpe antiguo
 Había gente apostada en las esquinas. Todos parecían esperar algo.
-Estraperlistas –le hizo notar Patro.
Después de la escena del tren, los que iban a por comida fuera de Barcelona y se deshacían de ella antes de que los interceptaran en la estación, la nueva imagen se le antojó no menos fascinante por asombrosa.
Y también por triste.
-El verano es malo –dijo Patro-. En invierno la gente se mete la comida en los dobladillos del abrigo, en las bufandas… cosas así. Ahora, en cambio, si vas muy abrigado se te nota, aunque la policía hace bastante la vista gorda por la parte que les toca, porque o están sobornados o ellos mismos se benefician del estraperlo. Por aquí verá a muchas embarazadas –pronunció la última palabra con retintín.
-¿No lo están?
-¡Qué va! Debajo de cada barriga hay un saco de arroz o de garbanzos o de lo que sea. Mire.
Una mujer sostenía un pequeño cazo a la altura del pecho mientras un hombre vertía en él una cucharada sopera de aceite. Lo hacía con mimo, procurando que ni una gota del preciado líquido se perdiera.
-La segunda que está más llena, menos colmada –oyeron decir a la mujer.
-Señora, que por dos cucharadas…
-Hoy en día los que mejor viven son los de los pueblos –continuó Patro mientras se alejaban siguiendo el ritmo de su marcha-. Por mucho que les controlen, tienen la manga muy ancha. ¿Qué la gallina pone diez huevos? Pues ocho van al mercado y dos al estraperlo. ¿Qué salen veinte sacos de harina del molino? Pues diecisiete para la venta y tres bien escondidos para venderlos a un precio diez veces superior.
¿Quiere pan de verdad? ¿Auténtico pan, pan? Prepare cincuenta pesetas. ¿Un litro de aceite? Ciento cincuenta pesetas. Y así todo. Lo sé porque yo compro lo que puedo de estraperlo. Me lo gano. ¿Comprende? No quiero volver a pasar hambre. Nunca más. Y cualquiera saber que esto va para algo. Me lo dijo un… conocido.
-Quizás lo que nos acabe uniendo a todos sea eso, el hambre la miseria.

Sierra i Fabra, Jordi (2010): Siete días de julio. Barcelona: Plaza y Janés, pp. 97-98

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