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Benjamín Palencia (1979): Merienda en la playa |
Meriendo algunas tardes:
no todas tienen pulpa comestible.
Si estoy junto a la mar
muerdo primero los acantilados,
luego las nubes cárdenas y el cielo
- escupo las gaviotas -,
y para postre dejo las bañistas
jugando a la pelota y despeinadas.
Si estoy en la ciudad
meriendo tarde a secas:
mastico lentamente los minutos
- tras haberles quitado las espinas -
y cuando se me acaban
me voy rumiando las sombras,
rememorando el tiempo devorado
con un acre sabor a nada en la garganta.
Ángel González (1969):
Algunas acotaciones para una biografía. Biblioteca Teide, Barcelona, 2009, p. 62.
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