Un merendero en el Madrid de 1934 (autor desconocido) |
Convencidos ya de que no existía fonda ni sombra de ella, o de que nosotros no acertábamos a descubrirla, miramos a nuestro alrededor, eligiendo el merendero menos indecente y de menor trapío. Casi en lo alto del cerro campeaba uno bastante grande y aseado; no ostentaba ningún rótulo extravagante, como los que se leían en otros merenderos próximos; verbigracia:"Refrescos de los que usava el Santo" "La mar en vevidas y comidas". "La Brillantez: callos y caracoles."
(...)
Tomamos posesión de la mesa del fondo, sentándonos en un banco de madera que tenía por respaldo la pared de lona del barracón. La muchacha, con su perrera pegada a la frente por grandes churretazos de goma y su puñal de níquel en el moño, acudió solícita a ver qué mandábamos; olfateaba parroquianos gordos y acaso adivinaba o presentía otra cosa, pues nos dirigió unas sonrisitas de inteligencia que me pusieron colorada.
(...)
Nos dirigió la consabida pregunta:
-¿Qué van a tomar?
- ¿Qué nos puede usted dar? - contestó Pacheco-. Diga usted lo que hay, resalada..., y la señora irá escogiendo.
- Como haber..., hay de todo. ¿Quieren almorzar formalmente?
- Con toa fórmula.
- Pues de primer plato...,una tortillita..., o huevos revueltos.
- Vaya por los huevos revueltos. ¿Y hay magras?
- ¿Unas magritas de jamón? Sí.
- ¿Y chuletas?
- De ternera, muy ricas.
- ¿Pescado?
- Pescado, no...Si quieren latas...tenemos escabeche de besugo, sardinas...
- ¿Ostras no?
- Como ostras..., no señora. Aquí pocas cosas finas se pueden despachar. Lo general que piden..., callos y caracoles, valdepeñas, chuletas...
- Usted resolverá- indiqué volviéndome a Pacheco.
- ¿He de ser yo? Pues tráigame de too eso que hemos dicho, niña bonita...:huevos, magras, ternera, lata de sardinas... ¡Ay! , y lo primero de too se va usted a traer por los aires una boteya e mansaniya y unas cañitas y aseitunas.
- Y después..., ¿qué es lo que les he de servir? ¿Las chuletas antes de nada?
- No misté, azucena: nos sirve usted los huevos; luego, al jamón, las sardinas, las chuletitas...De postre, si hay algún queso...
- ¡Ya lo creo que sí! De Flandes y de Villalón...Y pasas, y almendras, y rosquillas, y avellanas tostás...
- Pues vamos a amorsá mejor que el nuncio.
Emilia Pardo Bazán (1889) : Insolación.
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